Luego de la partida de un ser querido, no sólo debemos afrontar una gran mezcla de emociones abrumantes, sino que también debemos tomar varias decisiones vinculadas a la vida diaria. En este sentido, una de las tareas más difíciles durante este proceso de duelo es decidir qué hacer con las pertenencias de quien ha fallecido. En este post queremos ayudarte a afrontar esta difícil tarea, brindándote algunas sugerencias para recoger las pertenencias de tu ser querido sin derrumbarte.
Oler su inconfundible perfume, tener en nuestras manos su camisa preferida o encontrar sus notas, es una experiencia dolorosa que requiere de tiempo y preparación para desandar los recuerdos y emociones que cada objeto esconde detrás.
Al tomar esta decisión no sólo nos enfrentamos al dolor por la irreversibilidad de su ausencia sino que también es posible sentir que, junto con estas pertenencias, estamos desprendiéndonos de parte de su vida, su historia y sus recuerdos. Esto no es para nada fácil.
Hay quienes organizan inmediatamente las pertenencias de su ser querido fallecido como si con ello se pudiera aliviar el dolor de su ausencia, mientras que otros tendrán la habitación tal como la había dejado antes de su muerte, como si todavía hubiera una pequeña luz de esperanza de que regrese a la casa y todo vuelva a ser como antes.
Sin embargo, ni quitar rápidamente sus objetos personales ni dejar su habitación “congelada en el tiempo” es saludable para el proceso de duelo. Esta tarea también es parte del viaje de elaboración del duelo por lo que debes tomarte tu tiempo para hacerlo cuando te sientas preparado.
No es necesario que elimines todo lo que te recuerda a tu ser querido de una vez. Debes tener claro que es posible que te reencuentres con objetos, cartas que hace mucho tiempo no veías o leías por lo que es necesario que este proceso sea progresivo sin apresurar ni bloquear aquellas emociones o sentimientos que se abordarán en esta tarea.
Un buen consejo es establecer metas diarias que permitan que este proceso sea más llevadero y un poco más tranquilo.
Tómate pequeños descansos cada vez que realices esta tarea en los que puedas salir a tomar un poco de aire y reflexionar sobre todo lo que estás viviendo. Establece una lista de aquellas prioridades que haya que hacer en primer lugar por razones prácticas. Se trata de una tarea física y emocionalmente abrumadora por lo que es importante que establezcas pequeñas metas diarias. Por ejemplo, un día puedes ocuparte del guardarropas, otro día de su escritorio, otro día de su documentación personal, hasta finalmente completar todo su cuarto.
Comienza siempre con aquellas partes de la casa o la habitación que consideres más fáciles de afrontar dejando los sectores más difíciles para el final del proceso. Aunque sientas que sus pertenencias es lo único que te queda de la persona, debes ser realista. En la casa no pueden conservarse todos los objetos que desearías, no sólo por cuestiones de espacio sino porque no puedes invadir completamente tu hogar con pertenencias de tu ser querido fallecido. Realiza una lista en la que puedas distinguir 4 categorías:
-Para mí
-Para otras personas
-Para donar
-Para desechar
Piensa realmente de cuáles te resulta imposible desprenderte y elige bolsas o cajas de distintos colores para ir colocando en ellas los objetos de acuerdo a la categoría a la que correspondan, o etiquétalas de alguna manera.
Puede que haya otros miembros de tu familia o amigos cercanos que quieran conservar alguna pertenencia u objeto de quien los dejó. Para eso, es mejor realizar una lista con los nombres de quienes crees que podrían querer algo de tu ser querido. Pregúntales y regálales aquellos objetos que desean y que, sin duda, conservarán como símbolo de los lindos momentos que pasaron en algún momento de la vida.
Como mencionamos anteriormente, a la hora de elegir qué se va a conservar, es bueno también poder ver qué es lo que puede ser donado para alguna organización caritativa o alguien que lo pueda necesitar. Debes tomar esta decisión cuando te sientas preparado para hacerlo.
La donación de sus objetos te permitirá transformar todo tu dolor en un bello acto de amor y solidaridad del que tu ser querido estaría realmente orgulloso. Si bien puede ser difícil saber qué donar y a quiénes, asegúrate de brindárselo a una institución benéfica con cuya causa estés de acuerdo o bien que creas que a tu ser querido le hubiera gustado hacer esta donación.
Si bien muchos escogen realizar esta difícil tarea solos, nunca está de más pedir ayuda a familiares y amigos que también quisieron a quien ya partió de su lado. Recoger las pertenencias de alguien que falleció demanda energía y muchas emociones, por lo que es una buena idea pedir ayuda a quienes conocieron y amaron a esa persona especial.
Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Tómate tu tiempo y deja que sea tu propio corazón quien te dicte el momento adecuado para comenzar esta tarea emocionalmente dolorosa. Y recuerda que no estás solo. Tienes a muchas personas a tu lado para acompañarte en esto.
Topics: Familia
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