¿Cuidas tu salud y bienestar social, emocional, físico, mental, financiero, intelectual y espiritual? Esta es una pregunta extensa pero válida, que todos por lo menos una vez en la vida debemos hacerla. Si la respuesta fue “sí”, ¡felicitaciones! Si no fue así, tal vez es hora de hacernos un análisis de nuestro interior y considerar practicar el autocuidado.
El autocuidado podríamos encasillar en un concepto y una práctica a la vez, en el cual se empieza a valorar e integrar nuestra vida. Es la manera más sencilla y más compleja a la vez que tenemos las personas de prevenir y promover nuestro propio cuidado y salud: física, emocional y psicológica. Es cuidarse a uno mismo, preguntarse qué necesito y responder honestamente. Pero, esto no es solo un juego de preguntas y respuestas, luego de entender qué es lo que necesitamos debemos actuar y ver el camino que nos garantiza una mejoraría en nuestro bienestar. Esto puede ser tan sencillo como tener más horas de sueño o tan complejo como cuestionar hábitos y vicios.
Teniendo en cuenta esto, nosotros como personas debemos regular los factores que podemos controlar que están afectando nuestro propio desarrollo. Para lograr esto, debemos analizar:
Si hay factores o situaciones de nosotros o de nuestro entorno que no están aportando de manera eficiente a nuestro crecimiento debemos realizar acciones voluntarias destinadas a cuidarnos, es decir, actividades para el autocuidado. las mismas que son realizadas de manera consciente para que podamos atender, entender y regular nuestras propias necesidades en el proceso de mejora.
Sabiendo esto, ¿es importante cuidarse a uno mismo? Claro que sí, el autocuidado es importante porque es nuestra vida y debemos cuidarla. Cada uno de nosotros solo tenemos una vida, por lo que deberíamos darle la prioridad que se merece… ¿correcto? Dediquemos un tiempo, un espacio para nosotros mismos que genere una reacción positiva en nuestra forma de accionar internamente y con nuestro entorno.
Normalmente nos enseñan a cuidar a los demás pero no a cuidarnos a nosotros mismos y, lo siguiente debe estar claro, para poder cuidar a los demás primero debes estar bien tu y no al revés. Tengamos claro que en esta ecuación si afecta el orden de los factores. Una persona que no se cuida a sí misma no puede cuidar a los demás con la misma calidad y atención que una persona que sí lo hace.
Entonces, ¿por qué queremos practicar el autocuidado? Son incontables los beneficios de esto pero te mencionaremos unos cuantos:
Cuando una persona se encuentra cómoda consigo misma, se tiene estima y se dedica tiempo para hacer actividades que le gustan, la actitud cambia a ser mucho más optimista y eso atrae oportunidades a tu vida y esa misma energía a tu entorno.
Y no, no es magia o un truco, es entender que cada acción tiene su repercusión e impacto en las emociones y estado psicológico. Entonces, detente, reconoce tus necesidades y haz algo por ti mismo que te beneficie. Trata el autocuidado como un hábito, ten presente que cuidar de ti mismo es la mejor manera de alcanzar las metas mientras haces todo lo posible por vivir con plenitud.
Y tú, ¿Cómo prácticas el Autocuidado?